El peligro de una oposición cubana que busca pactos con la dictadura

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En la lucha por la libertad de Cuba, la oposición juega un papel fundamental. Sin embargo, no toda oposición es igual.

En la lucha por la libertad de Cuba, la oposición juega un papel fundamental. Sin embargo, no toda oposición es igual, y en tiempos recientes han surgido figuras dentro del exilio y dentro de la isla que promueven un camino de conciliación con el régimen castrista, lo que representa un serio peligro para la verdadera causa de la democracia cubana.

Pactos con la dictadura: una estrategia fallida

La historia de Cuba ha demostrado que el castrismo solo cede cuando se le enfrenta con firmeza y determinación. Cada intento de diálogo con la dictadura ha servido para fortalecerla y darle oxígeno, prolongando el sufrimiento del pueblo cubano. A pesar de esto, figuras como Rosa María Payá y José Daniel Ferrer han promovido la idea de negociaciones y transiciones pactadas con el régimen, lo que ha generado gran preocupación entre los sectores más comprometidos con la causa de la libertad.

Consecuencias de la conciliación con el castrismo

Aceptar negociar con la dictadura implica legitimar un sistema que por décadas ha violado los derechos humanos, encarcelado a disidentes y empobrecido a la nación. Esto no solo traiciona el sacrificio de miles de cubanos que han dado sus vidas por la libertad, sino que también debilita a la verdadera oposición que lucha por un cambio real y sin concesiones.

En la práctica, estos pactos suelen traducirse en reformas cosméticas que no alteran la estructura del poder en Cuba, permitiendo que la dictadura continúe bajo otro disfraz. Esta estrategia ha fracasado en países con regímenes similares, y en el caso cubano, solo serviría para perpetuar el control de la élite gobernante sobre el pueblo.

La necesidad de una oposición firme y sin compromisos

Cuba necesita una oposición que mantenga su compromiso con la lucha sin transacciones ni concesiones a la tiranía. La historia enseña que los regímenes dictatoriales solo caen cuando se les enfrenta con determinación y resistencia. Pactar con el castrismo no es el camino, sino erradicarlo de raíz.

Los cubanos dentro y fuera de la isla deben estar alerta y rechazar cualquier intento de diálogo que solo sirva para oxigenar a la dictadura. La libertad no se negocia; se conquista con valentía y convicción. Cualquier opositor que proponga pactos con el régimen debe ser cuestionado y enfrentado por la verdadera resistencia cubana, aquella que no se doblega ante la tiranía y lucha hasta el final por una Cuba libre.

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