, pero lo mejor de todo fue que se creó su propio personaje y lo más importante lo que aportó junto al trompetista Dizzy Gillespie al jazz en los Estados Unidos.
Luciano Pozo Gonzales, nació el 7 de enero de 1915, en el solar de la Timba que estaba ubicado detrás del cementerio de Colón en La Habana. Su infancia fue la misma de los niños negros de la época, en sus años de adolescencia no tuvo buenos ejemplos y fue a parar a un reformatorio para menores, cuando salio aprendio a tocar el tambor de forma autodidacta, inpirado en los tocadores, de los solares donde frecuentaba.
Limpió zapatos, vendió periódicos, tocó música en muchos lugares y hasta bailó en la comparsa de “Los Dandy”, una de las más conocidas de la Habana. Perteneció a la Sociedad Secreta Abakuá, por eso conocía a la perfección los toques de tambor del rito religioso, muchas de sus congas tenían ritmos sagrados de las religiones Abakuá y Yoruba.
Chano luchó contra viento y marea para abrirse paso con sus tambores, se presentó en la Cadena Azul con su conjunto y medio hermano Felix Chapottin, en 1940 llega al show del Cabaret Tropicana, con su espectáculo “Congo Pantera”, también pero por poco tiempo fue uno de los integrantes de la orquesta de los hermanos Palau, en 1946 viaja a los Estados Unidos donde lo esperaba su amigo Miguelito Valdez.

Chano Pozo y Dizzy Gillespie.
Muchos estudios afirman que la función de la música cubana con el jazz, fue a partir de la asociación de Chano Pozo con el músico estadunidense Dizzy Gillespie, en el año 1947 el músico Mario Bauza le presenta a Gillespie que estaba loco buscando un tocador de tumbadora o de congas para su orquesta, así se incorpora Chano Pozo a la orquesta de Dizzy Gillespie.
Ese mismo año actúan en New York , en el famoso Carnegie Hall y graban varios discos entre ellos Manteca, la obra maestra de Chano Pozo. Ese mismo año Gillespie, le da el nombre de “Cubot” a la función antes mencionada, que después se conoció como « Latin Jazz”.
Después de ese famoso concierto con la banda de Gillespie, el rey de los tambores Chano Pozo, alcanzó una gran fama actuando en Estados Unidos y Europa, dando a conocer al mundo por primera vez los ritmos cubanos. El propio Dizzy Gillespie, lo catalogo como el percusionista más grande que él había oído.
¿Cómo ocurrió la muerte de Chano Pozo?
Según cuenta una de sus hermanas, Chano era muy devoto de Santa Bárbara y que antes de partir para los Estados Unidos fue a consultar a la Santa sobre su viaje. La religiosa le dijo que Santa Bárbara no le permitía viajar y si lo hacía iba a encontrarse con la muerte, Chano hizo caso omiso a la advertencia de la santera.
A Chano le gustaba bailar en los bares al compás de las vitrolas. La noche del 2 de diciembre de 1948, se encontraba en un bar cuando llegó un boricua llamado Eusebio Muñoz, que le apodaban “El Cabito” porque había participado como francotirador en la Segunda Guerra Mundial.
Chano Pozo le fue a pedir explicación sobre un encargo de marihuana que le había pedido al puertoriqueño, empezó una fuerte discusión y “El Cabito” sacó su pistola y mató de un balazo al músico cubano. Eusebio por el crimen solo cumplió dos años en prisión.
No se sabe si fue obra de la casualidad o se cumplió la advertencia que le hiciera la santera antes de salir de Cuba, pero lo cierto es que Chano Pozo muere el día 2 de diciembre de 1948 vísperas de la celebración de Santa Bárbara. Días después sus restos fueron traídos a Cuba y descansa en el Cementerio de Colón, a menos de 100 metros del solar donde nació.
Luciano Pozo Gonzales, su vida y trayectoria en la música es más conocida en los Estados Unidos que en Cuba. Chano Pozo y Dizzy Gillespie fueron los padres del « Latin Jazz”.

Manteca, la obra maestra de Chano Pozo.
Es una de las canciones más emblemáticas del Jazz Afrocubano, fue compuesta por Chano Pozo y Dizzy Gillespie, fue grabada el 22 de diciembre de 1947, es considerada una de las grabaciones más importantes de jazz en los Estados Unidos. Como dato curioso que muy pocos saben “Manteca” era el nombre que le daba Chano Pozo a la marihuana, quien sabe si la noche de su muerte la canción que sonaba en la vitrola era “Manteca”.