El crimen del derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate: un acto de terrorismo de Estado.

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El 24 de febrero de 1996, la dictadura cubana cometió uno de los crímenes más repudiables de su historia reciente: el derribo de dos avionetas civiles pertenecientes a la organización Hermanos al Rescate

El 24 de febrero de 1996, la dictadura cubana cometió uno de los crímenes más repudiables de su historia reciente: el derribo de dos avionetas civiles pertenecientes a la organización Hermanos al Rescate, asesinando a cuatro pilotos y activistas que dedicaban su labor a ayudar a balseros cubanos en el Estrecho de la Florida. Este acto de terrorismo de Estado, ordenado directamente por el régimen de Fidel Castro, dejó una huella imborrable en la memoria de la comunidad cubana y en el mundo entero.

Hermanos al Rescate: una misión humanitaria

Fundada en 1991 por exiliados cubanos en Estados Unidos, la organización Hermanos al Rescate tenía como misión localizar y rescatar a los balseros que huían de la miseria y represión del régimen castrista en frágiles embarcaciones. Volando en avionetas civiles desarmados, los pilotos realizaban misiones humanitarias para alertar a la Guardia Costera estadounidense sobre la ubicación de estas personas y así evitar que murieran ahogadas en alta mar.

La labor de Hermanos al Rescate representaba un duro golpe simbólico para la dictadura cubana, pues evidenciaba ante el mundo la desesperación de miles de cubanos por escapar de la isla. En respuesta, el régimen comenzó a acusar a la organización de violar su espacio aéreo, aunque en realidad, las avionetas operaban en aguas internacionales.

El crimen del 24 de febrero de 1996

Ese día, cuatro pilotos y activistas de Hermanos al Rescate partieron en una misión rutinaria desde Florida. A pesar de estar en espacio aéreo internacional, dos de las tres avionetas fueron interceptadas por aviones de combate MiG-29 y MiG-23 de la Fuerza Aérea Cubana, que, siguiendo órdenes del alto mando del régimen, dispararon misiles aire-aire, destruyéndolas en el acto.

Los pilotos derribados fueron Carlos Costa, Armando Alejandre Jr., Mario de la Peña y Pablo Morales. Sus cuerpos jamás fueron recuperados. La tercera avioneta logró escapar y regresar a suelo estadounidense, sirviendo como testigo del crimen.

Consecuencias y reacciones internacionales

El asesinato de los pilotos desató la indignación mundial. Estados Unidos condenó el ataque y, como represalia, aprobó la Ley Helms-Burton, que endureció el embargo contra la dictadura cubana. La ONU y diversas organizaciones internacionales denunciaron el acto como una violación flagrante del derecho internacional.

Años después, Gerardo Hernández, uno de los agentes de la Red Avispa, fue condenado en Estados Unidos a cadena perpetua por su participación en la operación que llevó al derribo de las avionetas. Sin embargo, en 2014, fue liberado como parte de un acuerdo entre Barack Obama y el régimen de Raúl Castro, un acto que muchos consideran una injusticia hacia las víctimas de este crimen.

Un crimen que no puede olvidarse

El derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate fue un acto premeditado de terrorismo de Estado, ejecutado con total impunidad por la dictadura cubana. Este crimen no solo arrebató la vida de cuatro héroes del exilio, sino que también demostró el desprecio del régimen castrista por los derechos humanos y la vida humana.

Hoy, a más de dos décadas del suceso, la memoria de estos valientes pilotos sigue viva en la comunidad cubana. Recordarlos es un deber, y exigir justicia, una obligación. Que su sacrificio no sea en vano, y que su ejemplo inspire la lucha por una Cuba libre y democrática.

El odio de los sicarios de la dictadura cubana, cuando cometen el crimen de derribar las avionetas de Hermanos Al Rescate. Algun dia mas temprano que tarde se hará justicia.

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