El hombre de la mil voces , así le llamaban Armando Calderon, el conductor del programa de la Comedia Silente , que se transmite en la televisión cubana todos los domingos a las 11 am. El programa estuvo saliendo al aire entre mediados de los 60 hasta finales de los años 80.
El espacio de la Comedia Silente duraba alrededor de 30 minutos, recuerdo de niño todos los mienbros de la familia sentarnos delante del televisor blanco y negro en la sala de la casa a difrutar de las ocurrencias de Armando Calderon.
Armando Calderon, el hombre de las mil voces.
El hombre de las mil voces, siempre empezaba La Comedia Silente, diciendo con su singular vozarrón: Muy buenos días, queridos, amiguitos , papaítos y abuelitos. Solo a un cubano, con el talento de Armando Calderon se le pudo ocurrir la brillante idea de narrar las películas mudas de los años 20, no solo simulando las voces de los personajes, sino también armando un escándalo tremendo como si las escenas ocurrieran en un solar La Habana Vieja..
Utilizaba en sus narraciones, elementos propios e instrumentos que él mismo había creado, para recrear las diferentes situaciones de los filmes, narraba las historias más insólitas adaptadas a nuestro país, con una imaginación increíble, inventando diálogos sobre las tramas que ocurren en los cortos.
Imitando todo tipo de sonido desde el frenazo de un fotingo, hasta el galopar de un caballo, también hacía comentarios sobre lo que ocurría en la pantalla cuando se trataba de persecuciones, tumultos y broncas. El programa lo hacía totalmente en vivo en una solitaria cabina, porque cuando aquello no existía el video grabado.
Armando Calderon y el programa de la Comedia Silente.
Excepto a Charles Chaplin, a quien Armando Carderon siempre le respetó su nombre y lo llamaba Charles, a los demás personajes que aparecían en los filmes los inmortalizó con apodos inolvidables como: Cara de Globo y Soplete, Cara de Crimen, Los tresillos Barrilito, Barrilete y Barrilote, el amigo Maicena, el amigo Mantequilla, Matasiete y la Marquesa de las Papadas.
El tono y la entonación de su voz era muy importante a la hora de la narración. Los acentos gallegos lo reservaba para los dueños o camareros de restaurantes y las voces más afrancesadas se las ponía a peluqueros, ricachones y músicos de orquestas.
A los niños y los criados que siempre eran de la raza negra les decía secretarios. Todas las lavanderías se nombraban la Bola de Churre, y todos los restaurantes los llamaban Agua Fria o Sopa de Ajo, las novias y jovencitas que aparecían en los cortos que eran disputadas por sus pretendientes las bautizó como Lulu.
Hay que destacar que la clave más importantes del éxito de Armando Calderon con su programa la Comedia Silente, no solo era el doblaje simpático, con sonidos estridentes o sus parlamentos medios locos, sino era el hecho de haber trasladado en tiempo y espacio la sabrosura del cubano a sus doblajes, que le podían sacar una sonrisa al más serio de la familia.
El programa de la Comedia Silente desapareció un día de la programación dominical de la televisión cubana, sin que dieran muchas explicaciones. Enseguida empezó a correr un rumor que más tarde se convirtió en una especie de leyenda.
Comentan que Armando Calderon el hombre de las mil voces, en medio de la efervescencia de una de sus narraciones en vivo, se le había escapado la frase “esto es de Pin…queridos amiguitos, papaítos y abuelitos, algunos fanáticos juran y perjuran que ese fue el motivo, porque el gustado espacio desapareció como por arte de magia de la pequeña pantalla.
Lo cierto es que nunca hubo alguna prueba que demostrara que fue ese el motivo verdadero de la suspensión del programa. Lo importante de todo es que para los cubanos de mi generación Armando Calderon, es el eterno hombre de las mil voces.
