El cementerio de Colón de la Habana es el único el mundo que lleva el nombre del almirante Cristóbal Colón Inaugurado el 30 de octubre de 1871, tiene más de 150 años de existencia, el proyecto fue diseñado por el arquitecto Calixto de Loira y Cardoso y su estilo de construcción es Romantico-Bizantino.
De los 21 cementerios que cuenta la ciudad de la Habana el de Colón es el mayor, posee 57 hectáreas. En el campo santo se han sepultado muchas personalidades de gran relevancia tanto nacional como internacional. El cementerio de Colón es un lugar artístico e histórico, sus tumbas y mausoleos son auténticas obras de arte visitado por cubanos y extranjeros.
Entre sus cientos de panteones y esculturas, hay algunas muy curiosas con leyendas asombrosas.
La tumba del Domino, del cementerio de Colón.
Esta curiosa tumba, es dedicada a una jugadora de dominó, que estaba en el medio de una partida y le quedaba una sola ficha el doble tres, ya la mujer se sentía ganadora pero su contrincante se viró con el tres-uno y ganó el juego, fue tanta la rabia que sintió la jugadora en ver que su última ficha era el doble tres que le dio un ataque al corazón con la ficha en la mano.

Sus compañeros de juego recaudaron dinero para hacerle un homenaje y en su tumba se puede ver la jugada y una gigantesca escultura de una ficha de dominó, que representa el doble tres.
La tumba del Perro, del cementerio de Colón.
Esta tumba es un homenaje a la fidelidad y en especial al mejor amigo del hombre, los perros. Cuenta la historia que una mujer siempre iba acompañada de su perro. Con el tiempo la señora falleció y todos los días el perro la visitaba en el cementerio y un día murió a los pies de su tumba. Los familiares de la fallecida mandaron a esculpir al can a los pies de su ama, con un epitafio…”Fiel hasta después de la muerte”.

Esta historia es muy parecida a la que se puede observar en el cementerio de Edimburgo en Escocia, esta vez decidieron enterrar al perro en el camposanto ya que ahí era permitido por la ley.
La tumba del Hombre que lo enterraron de pie, en el cementerio de Colón.
Este sepulcro es uno de los más curiosos en el cementerio de Colón. Es la historia de Eugenio Casimiro, el único hombre que está enterrado de pie. Eugenio fue condenado a muerte, en el pelotón de fusilamiento por haber matado a un militar, la hija del presidente se enamora desesperadamente de Eugenio y le pide a su padre que lo perdone.

Eugenio sale de prisión y se casa con la hija del presidente y después se convierte en un hombre millonario y su última voluntad fue que lo enterraran de pie, porque según él los hombres poderosos siempre tiene que estar con la cabeza erguida, también mandó a colocar junto a su cadáver dos pistolas y un billete de 100 pesos.
El panteón de la Milagrosa, en el cementerio de Colón.
El sepulcro de la Milagrosa es el más visitado por nacionales y extranjeros en el camposanto, es el panteón de Amelia Goyri de la Hoz, popularmente conocida como la Milagrosa. Según se cuenta Amelia murió en el parto con su bebe. Muchos años más tarde cuando abrieron su tumba, estaba el niño en sus brazos. Desde ese momento las personas acuden a su tumba a pedirle milagros y cuando se lo conceden, los fieles le dejan una nota de agradecimiento.

Es la única tumba del cementerio de Colón que siempre tiene flores frescas todo el año, dedicadas por las personas que la veneran.
La tumba de la Primera Mujer Divorciada, del cementerio de Colón.
Este curioso panteón se encuentra justo al frente del mausoleo de los bomberos, Cuenta la historia que una cubana casada viajó a París y ahí se enamoró perdidamente de un cubano. La dama quería divorciarse para casarse con su nuevo amor, pero en aquella época no era permitido el divorcio en Cuba. Para la anulación de su matrimonio la mujer viajó hasta el Vaticano y finalmente consiguió el divorcio y pudo casarse de nuevo.

Después que regresó a Cuba, fue muy criticada por la sociedad por su valiente petición hecha al Vaticano. Cuando falleció el marido quiso construir un mausoleo, pero se quedó a la mitad, quería que fuera el más alto del cementerio y la ley no se permitió porque, no puede haber un monumento más alto que el de los bomberos en la necrópolis de Colón.
A la mujer le encantaban las rosas y su esposo mandó a labrar esta flor en las puertas del mausoleo. En los cristales de la cúpula también está esculpida las rosas para que cuando le de el sol se refleje la flor en la tumba de su amada.
La Tumba de los Bomberos, en el cementerio de Colón.
Este mausoleo es el más alto del cementerio. El lugar esconde una bonita historia sobre la vida de los bomberos. Cuentan que había un farmacéutico en la ciudad de nombre Asís, que aparte de vender medicinas, también vendía dinamitas. Un día el señor incendió su propia farmacia porque quería cobrar el seguro.

Los bomberos trataron de apagar el incendio, pero las llamas eran muy intensas y hubo una explosión y los bomberos no pudieron salir del establecimiento. El pueblo cubano en honor a los bomberos recolectaron dinero y construyeron este mausoleo, donde se pueden observar varias curiosidades.
Los murciélagos de la escultura representan la maldad de Asís el dueño del local, el dolor del pueblo cubano está representado por unas cadenas que sus puntas tiene forma de lágrimas, En la parte más alta del monumento, hay un ángel con un bombero en los brazos y los ojos tapados que simboliza la justicia, el ángel tiene la mano levantada apuntando al cielo indicando el lugar donde están los bomberos. Este es uno de los sepulcros más famosos del cementerio.
El panteón de Jose Raul Capablanca, en el cementerio de Colón.
En esa tumba descansan los restos del único cubano campeón mundial de ajedrez y según los expertos unos de los grandes jugadores de todos los tiempos del juego ciencia. Su tumba resalta por la escultura de un rey en mármol blanco que sobresale por encima de todos los sepulcros vecinos y se divisa desde la entrada de la necrópolis de Colón.
