El 8 de marzo, originalmente un día para conmemorar la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos, ha sido transformado en una plataforma ideológica dominada por el feminismo radical, la Agenda 2030 y la izquierda internacional. Lo que antes era una fecha para reivindicar logros y derechos, hoy es un escenario para discursos polarizantes, victimismo colectivo y una agenda política que poco tiene que ver con las verdaderas necesidades de las mujeres.
El Feminismo Radical y su Monopolio sobre el 8M.
En sus inicios, el Día Internacional de la Mujer tenía como propósito destacar avances y desafíos en la lucha por la igualdad de oportunidades. Sin embargo, en las últimas décadas, el feminismo radical ha secuestrado esta fecha para promover una narrativa de confrontación y odio hacia el hombre.

El feminismo de la tercera y cuarta ola ha dejado de enfocarse en los verdaderos problemas que afectan a las mujeres, como la pobreza, la violencia intrafamiliar o la falta de acceso a oportunidades laborales en ciertos países, para centrarse en discursos ideológicos extremos, promoviendo:
- La criminalización de la masculinidad con el concepto de «patriarcado opresor».
- La demonización de la maternidad y la familia tradicional.
- Políticas de discriminación positiva que generan desigualdad en lugar de equidad.
El 8 de marzo ya no es una celebración de los logros femeninos, sino un día de protestas violentas, exigencias irracionales y un clima de división social.
La Agenda 2030 y la Manipulación del Feminismo Globalista.
La Agenda 2030, promovida por organismos internacionales como la ONU y el Foro Económico Mundial, ha convertido el feminismo en una herramienta política para impulsar cambios estructurales en las sociedades bajo el pretexto de la «igualdad de género».
A través de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la Agenda 2030 ha utilizado el feminismo para:
- Imponer legislaciones que benefician a ciertos grupos a costa de otros.
- Redefinir el concepto de mujer, permitiendo la apropiación del movimiento por parte de ideologías transactivistas.
- Controlar el discurso público, censurando cualquier opinión que cuestione la narrativa feminista oficial.
El resultado es una instrumentalización del 8 de marzo para promover agendas políticas globalistas en lugar de centrarse en las verdaderas necesidades de las mujeres reales.

La Izquierda Internacional y su Uso Político del 8M.
Los movimientos de izquierda a nivel mundial han convertido el Día Internacional de la Mujer en un trampolín para sus causas políticas. En muchos países, las marchas del 8M se han convertido en escenarios de:
- Propaganda socialista y comunista, con mensajes anti-capitalistas y anti-occidentales.
- Ataques a la religión y los valores tradicionales, promoviendo el aborto sin límites y la disolución de la familia.
- Apoyo a movimientos políticos de extrema izquierda, utilizando el feminismo como un pretexto para promover su agenda.
Mientras tanto, en países donde las mujeres realmente enfrentan opresión, como en regímenes islámicos o dictaduras comunistas, la izquierda guarda silencio. El 8 de marzo no se usa para denunciar estas realidades, sino para atacar a las democracias occidentales.

Conclusión: Recuperar el 8 de Marzo para las Mujeres Reales.
El Día Internacional de la Mujer ha sido secuestrado por el feminismo radical, la Agenda 2030 y la izquierda global. En lugar de ser una jornada para celebrar los logros femeninos y avanzar en los verdaderos desafíos que enfrentan las mujeres, se ha convertido en un día de odio, manipulación ideológica y ataques a la sociedad tradicional.
Es momento de recuperar el 8 de marzo y devolverle su verdadero significado: un día para reconocer el esfuerzo, la inteligencia y la valentía de las mujeres, sin imposiciones ideológicas ni luchas de poder disfrazadas de igualdad.