La historia de Cuba está marcada por luchas de resistencia y rebelión, y uno de los episodios más emblemáticos de la oposición armada contra el régimen de Fidel Castro tuvo lugar en las montañas del Escambray. Entre 1959 y 1965, un grupo de combatientes se alzó en armas en lo que se conoció como la lucha anticastrista en el Escambray, un enfrentamiento que, aunque menos divulgado en la historiografía oficial cubana, dejó una profunda huella en la memoria de la nación.
El Levantamiento y sus Protagonistas.
La guerrilla del Escambray estuvo compuesta en su mayoría por campesinos, antiguos combatientes del Movimiento 26 de Julio desilusionados con el rumbo comunista de la Revolución, exmilitares y opositores políticos. Entre sus líderes más destacados se encontraban Osvaldo Ramírez, un carismático líder campesino que se convirtió en símbolo de la resistencia armada; Segundo Borges, un estratega militar con amplia experiencia en combate, y Evelio Duque, un hombre de convicciones férreas que luchó hasta el final contra el avance del comunismo en Cuba.

Osvaldo Ramírez fue una de las figuras más icónicas del levantamiento. Su valentía en el campo de batalla y su capacidad de liderazgo lo hicieron ganar la confianza de sus hombres. Fue traicionado y capturado en 1962, siendo posteriormente ejecutado por el régimen. Su muerte se convirtió en un símbolo de la brutalidad con la que el gobierno de Castro enfrentó a la resistencia.
Segundo Borges, con su experiencia militar, jugó un papel clave en la planificación y ejecución de ataques contra las tropas gubernamentales. Su conocimiento del terreno y su audacia le permitieron resistir durante años antes de ser abatido en combate. Evelio Duque, por su parte, se destacó por su inquebrantable determinación, organizando numerosos grupos de resistencia y manteniendo la lucha incluso cuando las probabilidades estaban en su contra.
Desde sus bases en la Sierra del Escambray, estos combatientes llevaron a cabo tácticas de guerra de guerrillas similares a las utilizadas por el Ejército Rebelde de Fidel Castro contra Batista. Sin embargo, la superioridad numérica y material de las fuerzas gubernamentales, junto con la implementación de estrategias de represión como la Operación Limpieza, dificultaron su resistencia.
La Represión y el Final del Movimiento.
El gobierno de Castro desplegó miles de soldados y aplicó tácticas de desplazamiento forzado de poblaciones rurales para debilitar el apoyo logístico de los guerrilleros. Campesinos sospechosos de colaborar con la resistencia fueron perseguidos y enviados a campos de trabajo forzado. A pesar de la valentía de los combatientes del Escambray, la falta de recursos y el implacable asedio gubernamental terminaron por diezmar a la guerrilla.
Para 1965, el movimiento estaba prácticamente desarticulado. Muchos guerrilleros fueron capturados y ejecutados sumariamente, mientras que otros fueron enviados a prisión. No obstante, su sacrificio sigue siendo recordado como un acto de valentía y determinación en la lucha por una Cuba libre.
El Legado de los Héroes del Escambray.
La historia oficial cubana ha tratado de minimizar o distorsionar la memoria de estos combatientes, pero su legado permanece vivo en la diáspora cubana y en los testimonios de quienes sobrevivieron. La lucha del Escambray representa un capítulo crucial en la resistencia anticastrista y un recordatorio del costo de la libertad.

El legado de los héroes del Escambray trasciende la historia política y se convierte en un símbolo de la lucha por los derechos individuales y la dignidad de un pueblo. Su sacrificio inspira a quienes creen en la democracia, la justicia y la autodeterminación de Cuba. Muchos exiliados y descendientes de aquellos combatientes han mantenido viva su memoria a través de la literatura, el testimonio oral y las asociaciones que buscan preservar la verdad de su lucha.
En la actualidad, la historia del Escambray sigue resonando en quienes abogan por la libertad de Cuba. Su resistencia es un recordatorio de que la determinación y el espíritu de lucha pueden desafiar incluso a los regímenes más opresivos. Recordar a estos héroes guerrilleros no es solo un acto de justicia histórica, sino también una inspiración para las generaciones futuras. La montaña del Escambray fue testigo del sacrificio de hombres y mujeres que, enfrentando adversidades abrumadoras, se negaron a renunciar a su lucha por una Cuba diferente.